Cuando tienes que imprimir sobre metal, necesitas que el resultado quede bien y no se borre. No vale cualquier tinta, ni cualquier máquina. El metal es duro, liso y muchas veces tiene un acabado que complica el trabajo. Pero si usas el equipo adecuado, no hay problema.
Ya sea para marcar piezas, placas, señales o estructuras, lo importante es que la tinta se adhiera, seque rápido y aguante el uso. Porque muchas veces esas impresiones no son decoración, son parte del proceso: sirven para identificar, guiar o registrar.