Las impresoras manuales de codificación que usamos funcionan con un sistema de inyección de tinta muy práctico. Tienen un cabezal que deposita la tinta sobre el material, y lo mejor es que el secaje es rápido, así no tienes que esperar a que se seque ni te arriesgas a que se corra. Además, son perfectas para imprimir en superficies absorbentes, como papel o cartón, y eso hace que el acabado sea limpio y duradero.
Los cartuchos de tinta portátil se cambian fácil y sin líos, lo que permite que la máquina esté siempre lista para usar. Si tienes que imprimir códigos de barra, fechas o textos, estas impresoras lo hacen sin problema y con una calidad que se nota. Son equipos compactos, por lo que caben en casi cualquier sitio y se integran bien en tu flujo de trabajo.